¿Sabías que existen más de doscientas películas y documentales dedicados a la temática del autismo? Ello ha servido para dar difusión y poner en conocimiento de la sociedad acerca de la existencia de personas que encuadran en un diagnóstico que no tiene que ver con la demencia ni con retrasos mentales. Pero, la cuestión es, ¿representan verdaderamente a las personas con autismo?
Según los autores del magnífico trabajo de investigación que lleva por nombre “reflexiones sobre el autismo a partir de medios audiovisuales”, en las películas muchas veces se toman los rasgos del aislamiento, la falta de comunicación o conductas extrañas como características del autismo, aunque en muchos de los casos en realidad no lo son, puesto que se lo confunde con la retracción de un niño neurótico que lo sumerge en el silencio o con la debilidad mental.
Lo interesante, es que con el paso de los años la manera en que se muestra al autismo se fue modificando, sobre todo gracias a la difusión de documentales que permiten aproximarse al “sentimiento autista de la vida”.
En un comienzo los casos de “autismo infantil precoz” de Kanner (Kanner, 1943) incluso en la adultez, eran paradigmáticos. Especialmente desde la mediática película de Rain Man (Barry Levinson, 1988), y sus capacidades especiales con relación a los números.
Luego, la “idea de autismos” tal como se reflejaba en los cines, se fue ampliando hasta llegar a la modalidad actual de Síndrome de Asperger, en las que se hace hincapié en las habilidades especiales o los intereses específicos.
Sin lugar a dudas, Rain Man (la película) marcó una época con relación al autismo. Esto, porque más allá de que al público le encantó y se convirtió en uno de los estrenos de Hollywood más rentables de todos los tiempos, permitió una comprensión empática inmediata con otros padres de niños autistas que pasaban por lo mismo.
¿Viste la peli? Por si aún no la has visto, te la recomendamos. La película trata de la inmersión del sujeto autista en su entorno, sus tramas familiares y cómo reaccionan a su alrededor ante sus dificultades y/o habilidades especiales.
El personaje de Raymond Babbitt convirtió el autismo en un trastorno reconocible y familiar, incluso para aquellas personas que no tenían una conexión personal con el tema. Ya no sólo se mostraba a un niño con inconvenientes para relacionarse y expresarse hacia su mundo exterior, sino que se presentaba a un chico con una increíble capacidad para recordar la mayor parte de al menos los 9.000 libros que había leído durante su vida. Sus habilidades especiales retomadas en la película concernían a su memoria instantánea y su habilidad con los números.
Películas que abordan el autismo
Existen películas en más de quince países y entre las temáticas que estas tratan se encuentran las siguientes:
1) Presentación del autismo: aquí se incluye las cuestiones que corresponden a la descripción clásica del autismo como la dificultad en el lazo, las conductas estereotipadas, las capacidades especiales y los intereses específicos tanto en niños autistas precoces como en sujetos Asperger. Un ejemplo es la película coreana “Marathon” (Jeong Yoo Chul, 2005) o la canadiense “Un cielo sin lágrimas” (Stefan Scaini, 1995).
2) Examen de las relaciones familiares: Los cuidados especiales de las madres y de los padres está puesto en primer lugar como así también un tema de gran inquietud para los padres: ¿qué sucede con sus hijos cuando ellos mueren? En numerosas películas se trata de dar forma a esta preocupación o a la situación de los sujetos autistas ante la muerte de sus padres, como en la película húngara “Prima primavera” (János Edelényi, 2009), que muestra el recorrido infatigable que inicia un adulto autista para entender su historia luego del asesinato de su madre. O la película china “Paraíso oceánico” (Xue Xiaolu, 2010) en la que un padre busca cómo alojar a su hijo autista ante el anuncio de su próxima muerte. Por otra parte, la presencia de los hermanos aparece como una cuestión relevante, como así también las dificultades que atraviesan para ocuparse de sus hermanos autistas como en la película australiana “El globo negro” (Elissa Down, 2008), en la americana “¿A quién ama Gilbert Grape?” (Lasse Hallström, 1993) o la argentina “El pozo” (Rodolfo Carnevale, 2012). Por lo general, estas películas van desandando un camino que tiende a grados de mayor comprensión y entendimiento del cuadro a partir del cual la relación entre hermanos mejora y se consolida como un sostén fundamental para el desarrollo y ampliación de intereses del hermano autista.
3) Presentaciones de distintas iniciativas del entorno para entablar un lazo con el sujeto autista como en la película polaca “Paradox Lake” (Przemyslaw Reut, 2003) o la inglesa “Snow Cake” (Mark Evans, 2006), “Mozart y la ballena” (Petter Naess, 2005).
4) Búsquedas de tratamientos y testimonios de sujetos autistas. Este es el abordaje más clínico que se presenta sobre todo en documentales. Aquí se incluyen las presentaciones de tratamientos tanto cognitivo-comportamentales como psicoanalíticos. Aquí se incluyen películas como la canadiense “Un viaje inesperado” (Gregg Champion, 2004), la inglesa “After Thomas” (Simon Hore, 2006) o, del lado del psicoanálisis, la española “Otras voces” (Silvia Cortés, Ivan Ruiz, 2012) y la francesa “A cielo abierto” (Mariana Otero, 2013).
5) Retratos de situaciones sociales en las que se encuentran los sujetos autistas. Así por ejemplo frente al atentado del 11 de septiembre en Estados Unidos contra las Torres Gemelas la película americana “Tan fuerte, tan cerca” (Stephen Daldry, 2011) muestra el tratamiento singular que un niño Asperger realiza luego de enterarse que su padre murió en las Torres y otra titulada “Mi nombre es Khan” (Karan Johar, 2010) da muestras del efecto de segregación contra los musulmanes después del atentado. Una película Serbia titulada “Sueño de una noche de verano” (Goran Paskaljevic, 2004) muestra el desgarro de la guerra en Yugoslavia. Otras películas se ocupan de mostrar la falta de estructura institucional para tratar el autismo como en China.
6) Existen numerosas películas que arman ficciones en torno a un personaje autista con un tinte policial, de terror o de suspenso. La película canadiense “Cube” (Vicenzo Natali, 1997), la finlandesa “Dark Floors” (Pete Riski, 2008), o la americana “Testigo en silencio” (Bruce Beresford, 1994) son algunas de ellas.
En líneas generales se puede afirmar que las películas sobre autistas permiten dar una mirada a las distintas situaciones que atraviesan los sujetos de acuerdo a los contextos sociales, pero también cómo insiste la iteración autista en los contextos más disímiles.
Los autores del trabajo de investigación reflexiones sobre el autismo a partir de medios audiovisuales, Silvia Tendlarz, María Elena Lora y Mauricio Beltrán, encuentran que en las películas de la década del 80 y 90 se destaca el carácter deficitario del autismo, mientras que en las correspondientes al siglo XXI, el autismo es tratado dentro de las situaciones cotidianas más diversas. En ocasiones, se le añade un matiz humorístico, destacando las particularidades del sujeto autista o Asperger como conductas exóticas, tal como sucede con el caso Sheldon Cooper, el personaje de la serie “The Big Bang Theory” (CBS, 2007-2018).