Empatía y personas con condiciones del espectro autista

En esta oportunidad, desde R.Ed.Es queremos ofrecerte respuestas actualizadas respecto de una serie de interrogantes que vinculan a la empatía con las personas con condiciones del espectro autista. 

Para ello, tenemos el placer de contar con la colaboración del Dr. Tallis, quien es capaz de ofrecernos contestaciones basadas en dictámenes de carácter científicos.
Jaime Tallis, es neuropediatra y especialista en autismo y trastornos del desarrollo; también es docente en la UBA. Además, ha escrito numerosos libros como el exitoso “Síndrome de Asperger. Variación de la normalidad o discapacidad”.

Preguntemos, el Dr. Tallis responde

P: Dr., ¿exactamente a qué nos referimos cuando hablamos de empatía? 

El término “empatía”, “einfühlung” en su idioma original (sentir en), fue sugerido por el filósofo y psicólogo alemán Theodor Lipps, por el año 1900, vinculándolo al arte. Theodor proponía a la empatía como una condición estética a través de la cual el individuo tiene acceso inmediato a la belleza, y sorpresivamente, decía que era debido a una identificación por imitación interna involuntaria; concepción muy similar a lo que sabemos hoy en día del funcionamiento de las Neuronas Espejo, base de lo que se denomina “empatía caliente”.

Es claro que en la actualidad el término empatía refiere más a la interrelación humana, mientras que la “empatía caliente” es una identificación emocional, reflexiva e inconsciente. Es así que ser empáticos, es sentir en nuestro cuerpo lo que siente otro, una simulación corporizada, como la llama Gallese, uno de los cuatro investigadores que dieron hallazgo a las Neuronas Espejo, circuito neuronal compartido a quien debemos esta forma de empatía.

P: Y…¿existe una empatía fría Doctor?

R: Claro. La llamada “empatía fría” es racional, es una forma de inferencia psicológica compleja que nos permite dar cuenta y penetrar en los sentimientos del otro. Está vinculada a lo que se conoce como Teoría de la Mente. 
El común de la gente, los denominados “neurotípicos”, utilizan habitualmente ambas formas de empatía en nuestra vida social, dependiendo de las personas y las situaciones.

P: Pero, ¿cómo se relaciona esto con las personas con condiciones del espectro autista?

R: Porque ambos sistemas neurales, el de las Neuronas Espejo y el de la teoría de la Mente se encuentran comprometidos en los Trastornos del Espectro Autista, por lo que no deben sorprender las dificultades empáticas en este grupo de sujetos, obviamente variando la intensidad de la afectación; desde la indiferencia total a la dificultad de revelar los sentimientos más complejos y elaborados.
Por otro lado, una adecuada actitud empática debe manejar los criterios de similitud-disimilitud, es decir, lo que le pasa al otro, si bien me identifico y lo entiendo, no es lo que me pasa a mí a pesar de poder sentirlo corporalmente. Esta capacidad de poder distanciarse del otro, no siempre es lograda por los pacientes con condiciones del espectro autista  quedando falsamente identificados con lo observado.
 
P: ¿Pueden mejorar tales habilidades de empatía las personas con condiciones del espectro autista?

R: Por supuesto. Las técnicas de desarrollo de habilidades sociales que intentan explicar las emociones a través de figuras de rostros que simulan expresarlas, son altamente capaces de mejorar la destreza de los pacientes con condiciones del espectro autista. Aunque debemos saber que se trata de un acto meramente cognitivo que no llega a tener la espontaneidad del compartir. Por otra parte, es importante destacar la eficacia de los tratamientos psicológicos con orientación clínica que promueven la constitución subjetiva en el contexto de la intersubjetividad. Existen experiencias que dan cuenta de que esta modalidad de abordaje terapéutico posibilita el acceso del paciente a su mundo emocional y potencia la posibilidad de expresarlos a través de recursos que resultan significativos para las demás personas.

Agradecemos al Dr. Tallis por su tiempo y por compartirnos sus conocimientos, tan amablemente. 

Para cerrar, queremos citar esta magnífica frase de Donna Williams, que creemos es representativa de lo que venimos hablando. “Quería entender las emociones. Tenía definiciones de diccionario para casi todas ellas y caricaturas de otras, pero como no ocurrían en un contexto, no podía vincularlas a una experiencia física.”

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